Hasta hace dos años mi vida
era de lo más convencional. Fui
cumpliendo todos los pasos establecidos sin ser muy consciente de que había
posibilidades de hacerlo distinto.
Avancé en las distintas
etapas sin cuestionarme en exceso si era lo que realmente quería. Digamos que me fui adaptando con los años a
los diferentes estados sin un objetivo claro.
De hecho mi referente era
ser una mujer con éxito profesional, reconocida por los demás, con un
matrimonio feliz, poder salir de trabajar a las 18h para cuidar de mis futuros
tres hijos, ganar mucho dinero, disfrutar de mis 15 días de vacaciones en
agosto, etc…
Aunque siempre había tenido
unas ganas inmensas de marcharme bien lejos, cuanto más mejor. Miraba los mapas
y me decía a mi misma: “ si estuvieras en ese punto del mundo, y nadie pudiera
valorar lo que estás haciendo serías feliz”.
Es como si tuviera que ser “la
mejor” dentro de esas reglas. Yo había aceptado jugar a eso pero las reglas no las había creado yo.
Creo que, en el fondo, pensaba que no era mi verdadera inquietud lograr
todo lo que deseaba, sino lo que se esperaba de mi.
Por eso nunca me sentí
totalmente satisfecha con mi plan de vida y con el tiempo mis ganas de huir se
fueron haciendo cada vez más grandes.
Me marché. Para mí era
lejísimos, teniendo en cuenta que el vuelo más largo que había cogido en mi
vida era para ir a Tenerife.
Así que separada de mi mundo
por 15 horas de avión, y desde otro continente todo empezó a tomar una forma
distinta, estaba en otra dimensión.
El viaje duró un año entero.
Durante ese tiempo tuve la posibilidad de conocer a muchísima gente que no
seguía las reglas que yo creía que eran las únicas para todos. Visité lugares con
una cultura y unos valores totalmente distintos a los de mi país. Los paisajes,
los climas, los trabajos, las familias, todo era distinto.
Sentía como si estuviera
haciendo un máster intensivo sobre la vida y el mundo y en cada país aprendía
una lección.
Lo más importante para mi, de
esta gran experiencia ha sido que no hace falta irse lejos para encontrarse a uno
mismo. Lo que realmente me ayudó fue el cambio de rutina y no el sitio donde
estaba.
Todas las personas con las
que me he relacionado tienen sentimientos parecidos a los míos. Más allá del
idioma hay un lenguaje universal, unos sentimientos y necesidades comunes. Y no
tiene nada que ver con lo material.
He sido más libre haciendo
lo que realmente quiero y no lo que debo, que estando a miles de kilómetros. Logré convertir mi sueño de dar la vuelta al
mundo en realidad. No fue nada difícil (creo que hubiese sido más difícil desearlo y no hacerlo nunca), sino cuestión de tener muchas ganas,
verlo muy claro, planificarlo, hacer lo que era necesario para marcharme y
también un punto de casualidades que me ayudaron a conseguirlo.
Por eso estás leyendo ahora
este post. Cuando volví de viaje tuve otro sueño. El de transmitir a las
personas que todo lo que quieren es posible. Que el ser humano es maravilloso y
todos y cada uno de nosotros tenemos algo genuino que aportar a los demás. Que
somos libres de hacer lo que queramos con nuestra vida y es nuestra
responsabilidad llevarlo a cabo.
Por eso existe The Braveliving. Para aportar un poco de luz a las personas que creen que conformarse es la única opción
posible. Tengo una buena noticia: ¡no lo es!
Me ha encantado leerte, has sido y eres muy valiente y eso es inpirador, espero que cada uno de tus sueños se cumplan, un abrazote enorme
ResponderEliminarMuchas gracias Sara por tus buenos deseos! Me alegro de que te haya gustado el post!
EliminarClaudia, no sabes cuánto necesitaba leer algo así ahora mismo. Has sido muy valiente. A mi me toca serlo ahora y estoy muy asustada con los cambios que se me vienen encima. Pero a la vez ilusionada por aprender todo eso que aseguras que es posible, por asumir mi responsabilidad y luchar por mi felicidad. GRACIAS.
ResponderEliminarIria, me alegro mucho que te haya gustado y si además te ha sido útil, aún más!
EliminarTe animo a que saques tu valentía y des un buen rugido ante los cambios que se presentan porque siempre traen cosas buenas.
Hay una frase que me encanta que dice: "nada llega si no estamos preparados"
Cuánta razón tienes!
ResponderEliminarYo esa 'libertad absoluta' también la he encontrado fuera. Supongo que efectivamente tiene que ver con romper con la rutina, hacer cosas diferentes y de repente verte rodeada por un montón de gente nueva con pensamientos y formas de actuar distintos.
De vuelta, lo cierto es que a veces cuesta mantener esa perspectiva. Nuestro entorno también nos condiciona muchas veces pero al final supongo que lo importante es tomar conciencia de que cómo dices, todo es posible y no hay una sola forma de hacer las cosas.
Me ha encantado tu post!
Un saludo desde...
rachelpretzel.wordpress.com
Hola Rachel, me alegro que te haya gustado el post!!
EliminarEstoy de acuerdo contigo en que la rutina puede absorvernos, el reto está en no dejarnos llevar, ser conscientes de todas nuestras posibilidades y disfrutar de la vida! Te aseguro que es más sencillo de lo que puede parecer y aporta grandes beneficios!!
Besos,
Claudia