Cuando tenemos miedo se produce una reacción química en
nuestro cerebro que acelera una respuesta para nuestra supervivencia. Esta
respuesta puede ser quedarnos paralizados, huir o defendernos.
Si no hubiésemos sido así es muy posible que la especie
humana no siguiera existiendo. Todo tiene un motivo y nuestros miedos tienen
una razón de ser.
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A diferencia de los animales, nuestra mente funciona de
forma muy compleja y analiza conjuntos de informaciones y relaciones entre si
en cuestión de microsegundos. Pero
además tenemos la gran capacidad de reflexionar al respecto para aprender de la
experiencia.
Qué nos ha producido el miedo? A veces puede ser que sea
miedo a equivocarnos, a fracasar, a que nos rechace el grupo, a que nos dejen
de querer…
El miedo es nuestro gran aliado. Nos ayuda a sobrevivir o a
evitar una situación traumática. Pero a veces pagamos un precio muy elevado por
no arriesgarnos.
Una situación que nos produce miedo no tiene porque ser
“peligrosa”. Es decir: si estamos de vacaciones en un crucero y por la noche se
va a pique, el miedo nos ayudará a correr y escapar para salvar nuestra vida.
Pero si estamos en una reunión de trabajo y no nos atrevemos
a dar nuestra opinión por miedo al rechazo, ahí no nos jugamos la vida,
evitamos que suceda una situación traumática para nosotros pero evitarla no
tiene porqué ser la mejor opción.
El miedo, como todas las emociones nos dan información
positiva para poder trabajar sobre ella. Si escuchamos atentamente qué nos
quiere decir quizá nos informa de que nos falta seguridad o que no nos
valoramos lo suficiente, o que no estamos con la persona adecuada o el camino
elegido no es el que más nos gusta.
Una vez conocemos el motivo, sabemos a qué nos enfrentamos y
empezar a trabajar sobre ello es fácil! Hace falta ser valiente y empezar a
rugir para poder enfrentarnos y adquirir nuevos hábitos y así, ganar recursos
personales.
Y vuestros miedos, qué información os dan?!
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